El Padre Fabián Barrera nos deja algo en claro con este retiro de “Sanación Interior” y es lo siguiente: todos los hombres en general, hemos sido llamados por el Señor a vivir en plenitud y en paz toda nuestra existencia, con esa paz que sólo Cristo nos puede dar. Quizás alguno de nosotros llegó a este Seminario creyendo que el Evangelio era una opción desalentadora que nos lleva al conformismo frente a nuestra situación y la adversidad, pero hemos venido descubriendo a lo, largo de estos temas que es todo lo contrario. Las palabras con que Jesús inició su predicación resuenan de manera cada vez más nítida y fuerte en nuestro corazón: “¡Bienaventurados!”… Y para ser bienaventurados es que nos ha creado y nos ha llamado Dios. Cabe aquí que nos preguntemos: ¿Estamos viviendo esa vida en plenitud que Jesús nos ofrece y nos da? A menudo nos ha podido suceder que luego de experimentar el amor de Dios y la salvación que Jesús nos da, estamos deseosos de hacer muchas cosas por Él y servirle con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro amor. Pero cuando nos disponemos a orar, o a dar testimonio ante los demás de lo que Jesús ha hecho en nuestra vida, o tenemos que realizar algún servicio que en principio nos parecía fácilmente realizable, nos encontramos con que no podemos hacerlo como queremos, estamos limitados y nos sentimos como atados. La oración no brota como quisiéramos, nos cuesta mucho para alabar al Señor, o no nos salen las palabras a la hora de testificar. Esa es la sensación de bloqueo que experimentamos en ocasiones y que tiene una razón de ser. Esto y muchos otros aspectos nos explica el Padre Fabián Barrera en esta charla expuesta en el “Retiro de Sanación Interior” y otros del “Retiro de Liberación” realizados en la ciudad de Miami.